A veces, el alma necesita más que simples palabras, necesita vivencias que acaricien el corazón y lo llenen de paz. Hoy, queremos compartir con vosotros uno de esos momentos mágicos que quedan grabados para siempre en nuestra memoria: un atardecer en el Pico Banderillas, en la majestuosa Sierra de Segura.
La aventura comienza cerca de Pontones, en el nacimiento del río Segura. Desde aquí, emprendemos una travesía que combina el turismo activo con la conexión profunda con la naturaleza. La ruta hacia el Banderillas tiene una duración de aproximadamente siete kilómetros caminando. No es una ruta muy difícil y es casi apta para todo el mundo, pero para aquellos que prefieran un poco más de comodidad, también hemos hecho parte del recorrido en 4×4.
Partimos desde el nacimiento del río Segura, cerca de Pontones, y seguimos la pista que nos lleva a los campos de Hernán Pelea y al campo del Espino. Desde este punto, se puede continuar caminando directamente hacia la cima del Banderillas, o acercarse un poco más en coche hasta la barrera. Si no tienes permiso para pasar con el coche, es necesario dejarlo antes de la barrera y continuar a pie.
Imagina el esfuerzo de cada paso, el cansancio que se disipa con cada bocanada de aire fresco y puro de la Sierra de Segura. La ascensión al Banderillas, con sus casi 2000 metros de altitud, es una travesía que desafía tanto el cuerpo como el espíritu. Pero es precisamente en ese esfuerzo donde reside la belleza de la experiencia. Cada paso nos acerca más a tocar el cielo, a sentirnos parte de la inmensidad de la naturaleza.
Al llegar a la cima del Banderillas, somos recompensados con una vista que quita el aliento. El horizonte se tiñe de colores que solo pueden ser descritos como una obra de arte: naranjas intensos, rojos apasionados y violetas que acarician suavemente el cielo. El sol, en su descenso, baña con su luz dorada cada rincón de la Sierra de Segura, creando un espectáculo que invita a la contemplación y a la reflexión.
Allí, en la cima del Banderillas, el tiempo parece detenerse. La majestuosidad del pico y sus vistas nos recuerdan lo pequeños que somos ante la grandeza de la naturaleza, y al mismo tiempo, lo afortunados que somos por poder ser testigos de tal maravilla. Es un momento para agradecer, para sentir y para vivir plenamente. Subir al Banderillas y contemplar su atardecer es tocar el cielo de la Sierra de Segura. Es una experiencia que nos invita a soñar, a respirar, a vivir.
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El Banderillas, cerca de Pontones, es solo una de las muchas maravillas que ofrece el turismo activo en la Sierra de Segura. La combinación de rutas accesibles, paisajes impresionantes y la posibilidad de utilizar vehículos 4×4 hace que esta experiencia sea inolvidable y accesible para todos. No importa si eres un aventurero experimentado o si buscas una escapada tranquila, la Sierra de Segura tiene algo para todos.
Esperamos que estas palabras hayan tocado tu alma como el atardecer en el Banderillas tocó la nuestra. Si alguna vez necesitas reconectar contigo mismo, recuerda que el Banderillas y la Sierra de Segura siempre estarán ahí, esperándote con sus brazos abiertos y su cielo pintado de mil colores.
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